Gran parte del pensamiento económico dominante está sustentado en la teoría de Adam Smith, en donde explica cómo los mercados aseguran la eficiencia económica. De ahí que el modelo competitivo básico de oferta, demanda y el precio de equilibrio sea tan estudiados por los economistas.
Sin embargo, con el paso del tiempo los economistas han descubierto que las economías modernas difieren de esta concepción. En realidad, ciertas características intrínsecas de los mercados, fallas de mercado, pueden hacer que actúen de forma ineficiente.
¿Qué son las fallas de mercado?
Es decir, existen situaciones en algunos mercados que provocan fallas del mercado que a su vez provocan ineficiencias económicas. Por ejemplo, puede haber problemas de información entre los productores y provocar que no se produzca en su totalidad un bien o servicio y se usen ineficientemente los recursos escasos.
Como definición o concepto de fallos de mercado, se entiende a situaciones en donde los incentivos racionales de los individuos no llevan a resultados racionales para el grupo. Es decir, cada individuo toma la decisión correcta para maximizar la utilidad de sí mismo, pero al hacer esto afecta la utilidad total de la sociedad.
Estos problemas pueden ser corregidos y mejorar la eficiencia económica por la intervención del Estado o por soluciones privadas.
Causas de las fallas del mercado
Volviendo al modelo competitivo básico, éste incluye 4 supuestos:
- Las empresas e individuos aceptan los precios del mercado. Cada uno es tan pequeño en el mercado que sus decisiones no afectan los precios.
- Los individuos y empresas tienen información perfecta sobre la calidad y disponibilidad de los bienes, también conocen los precios de todos los bienes.
- Las acciones de una individuo o empresa no afectan directamente a otro individuo o empresa si no es a través de precios.
- Solo el comprador puede disfrutar de los bienes. Los bienes se consumen y no pueden usarse por varias personas al mismo tiempo.
- Competencia imperfecta
- Información imperfecta
- Externalidades
- Bienes públicos
Falla del mercado: competencia imperfecta
En un mercado de competencia perfecta existen infinitos productores y consumidores. De esta forma, por ejemplo, en el mercado de arroz hay tal cantidad de productores que ningún productor individual puede alterar el precio al que se vende el arroz.
Sin embargo, es muy común que los productores sean limitados causando ineficiencias en el mercado como precios mayores a los de equilibrio de mercado o producción menor a la demandada.
De ahí surgen tres estructuras de mercado consideradas de competencia imperfecta:
- Monopolio-monopsonio: En un monopolio solo hay un productor que ofrezca el producto o servicio como el caso de una empresa de servicios públicos. Mientras que en un monopsonio solo hay un comprador como en el caso de una gran comercializadora agrícola que sea la única compradora de la producción de cacao de la región.
- Oligopolio: hay unos pocos productores provocando que cada uno se preocupe por las acciones emprendidas por sus rivales. Por ejemplo, en el sector bancario cuando un banco baja las tasas de interés puede obligar a la competencia a hacer lo mismo.
- Competencia Monopolística: Hay más empresas que en el oligopolio, pero no las suficientes para que haya competencia perfecta. Los productores se preocupan por las acciones de su competencia. Ejemplo son los mercados de grandes marcas como smartphones, ropa, tenis, televisores etc.
Ejemplo de la intervención del Estado son las leyes antimonopolio, destinadas a evitar que se formen monopolios y que las empresas limiten la competencia. Estas leyes se aplican por ejemplo cuando se evita la fusión de dos grandes compañías del mismo sector.
También puede intervenir proporcionando directamente los servicios él mismo. Esto ocurre en casos de monopolio natural, donde ciertas condiciones causan que lo más eficiente sea que solo una empresa ofrezca el servicio. Por ejemplo, en las ciudades lo más eficiente es solo una empresa de metros o de acueducto, por eso para no darle este poder a privados el Estado presta estos servicios.
Falla del mercado: información imperfecta
Normalmente los precios transmiten la información requerida por el mercado para funcionar eficientemente. Por ejemplo, las compañías productoras de alimentos no tienen que conocer las características de sus compradores ni sus gustos, solo deben saber el precio del mercado para ajustar su nivel de producción.
Sin embargo, existen casos en donde los problemas de información explican los resultados. Por ejemplo, es posible que las personas con títulos universitarios tengan mejores salarios no solamente porque adquirieron habilidades claves que aumentaron su productividad, sino porque el título que obtuvieron es una señal para los reclutadores de que son empleados productivos.
También la información como bien es cada vez más valiosa. De hecho, muchos se refieren a la economía actual como la economía de la información. Cada vez son más los servicios dedicados a producir, tratar y analizar la información en cientos de sectores: análisis de datos (Big Data), informes empresariales y de mercado, información sobre acciones y sectores económicos, oportunidades de inversión etc.
Igualmente, los problemas de información pueden afectar a los consumidores, por ejemplo, cuando una empresa miente en las descripciones o esconden los ingredientes de sus productos. Por esto, muchos gobiernos tienen políticas para solucionar esta falla de información creando leyes de protección a consumidores que buscan poner fin a la publicidad engañosa. Sin embargo, esto no es una solución totalmente efectiva porque las empresas han sabido sortear estas restricciones al por ejemplo usar publicidad sugerente sobre algo que dicho explícitamente sería ilegal o bombardeando al consumidor con información en sus empaques para ocultar la información importante.
El ejemplo más conocido de las consecuencias de los fallos en la información en los mercados es la venta de autos usados. En este mercado los compradores no conocen el verdadero estado del automóvil que están por comprar, solo el vendedor sabe realmente los daños que tiene (hay información asimétrica). Pero como los compradores no pueden distinguir entre la mala calidad y la buena desconfían y ocurre un problema de selección adversa.
Esto significa que a un precio dado los vendedores están más dispuestos a vender los autos malos en vez de los buenos, pues como los compradores no saben distinguir estos aprovechan para quedarse con los buenos. Pero, eventualmente los compradores aprenden a suponer que casi todos los autos de segunda son de mala calidad. Con el paso del tiempo esto ocasiona una disminución de la demanda y por ende el precio de los autos usados cae, lo que a su vez ocasiona que los autos usados de buena calidad no se vendan dado el precio tan bajo.
Si los vendedores pusieran en venta un auto usado de buena calidad lo tendrían que vender a un bajo precio porque los compradores ahora suponen que es uno de mala calidad. De esta forma por los problemas de información sobre las características del bien el mercado se pauperiza.
Falla del mercado: externalidades
Un ejemplo de externalidad negativa es la contaminación del aire provocada por la actividad industrial de una fábrica. Para ésta la contaminación generada es beneficiosa pues le permite producir bienes con menores costes a que si usara métodos menos contaminantes, pero esta contaminación también afecta a la comunidad aledaña. Se logra un óptimo privado, pero no un óptimo social.
En este sentido la externalidad produce ineficiencias económicas pues al producir no tiene en cuenta los costes sociales en su producción, solo los directos.
Si el producto fuera por ejemplo acero, su precio solo reflejaría los costos privados de la compañía. No tendría en cuenta los costos de destrucción medioambiental y de afectación a la salud de las personas. Si tuviera en cuenta estos costos el precio del bien sería mayor y la producción menor. Entonces debido a esta externalidad negativa el nivel de producción de acero es demasiado alto.
Si la contaminación de la empresa no le representa sanciones, la sociedad tendría que soportar estos efectos negativos. Pero si la empresa tuviera que pagar por la contaminación, encontraría una manera de contaminar menos. En estos casos el Estado puede intentar corregir esta externalidad a través de regulaciones o incentivos económicos negativos a la producción como tasas o multas por contaminación y completar el mercado.
Caso contrario, hay ocasiones en donde los bienes producidos generan externalidades positivas pero el nivel de producción es demasiado bajo. Por ejemplo, el caso de un residente que arregla cuidadosamente su jardín el cual aumenta el valor de las casas circundantes. Al arreglar su jardín aumenta el valor de las casas de los vecinos, pero estos no le reconocen nada. Si los vecinos le pagaran por cuidar y mejorar su jardín, él seguramente lo haría mejor e incrementaría aún más el precio de las casas vecinas.
Falla del mercado: bienes públicos
Ejemplos de bienes públicos son los bomberos o policías, los juegos pirotécnicos o el aire limpio.
También existen otros bienes que, si bien no son bienes públicos puros, tienen características generadoras de fallas de mercado. Estos son los bienes públicos comunes como parques públicos, autopistas, piscinas públicas etc. En estos bienes no se puede excluir su consumo, cualquiera puede consumirlos, pero su consumo es rival por lo que el consumo de cada persona adicional tiene un costo.
Un parque público, por ejemplo, puede llenarse de tal forma de gente que pierde sus cualidades útiles como parque. Igual con una autopista congestionada por la gran cantidad de automóviles.
Estas situaciones provocan ineficiencias en el mercado. Si estos bienes fueran ofrecidos por privados su nivel de producción sería demasiado bajo e ineficiente. Por ejemplo, con la autopista es posible que algunos privados pensando en el beneficio propio se unieran para construir una carretera cerca de sus instalaciones, pero no construirían una gran autopista. También si hubiera una gran empresa que construyera una carretera importante esta sería menor a la carretera potencial pues no tendría en cuenta los beneficios obtenidos por otras pequeñas empresas, no tendría como cobrarles por la carretera construida.
Incluso si todas las empresas se unieran para construir la carretera de forma voluntaria habría compañías que no aportarían pensando que ésta se construiría de todas maneras, convirtiéndose en polizones o freeriders. Y si muchos piensan de esta forma la carretera finalmente no se construiría.
Pero si hubiera una forma de tener en cuenta todos los beneficios que genera la carretera además de coaccionar a todos los beneficiarios a pagar por el bien, esta se construiría con todo su potencial. En este caso el Estado puede solucionar esta falla causada por los bienes públicos comunes.
De esta forma a pesar de ser obligados por el Estado a pagar por medio de impuestos por un bien público común, la sociedad sale ganando por los beneficios generados.
Conclusión sobre las fallas del mercado
Si bien los economistas suelen confiar en los mercados privados como la mejor institución para regular la producción económica, son conscientes de los casos en donde la intervención del Estado en la economía se justifica.
Las fallas de mercado son comunes a muchos mercados y generan ineficiencias considerables en la utilidad potencial de los individuos. Corrigiendo parcial o completamente estos fallos a través de la intervención del Estado, los mercados logran niveles de producción más eficientes. Sin embargo, el Estado también tiene fallos y su intervención puede llevar a situaciones peores a las iniciales.
El Estado puede mejorar la competencia de los mercados, asegurar la calidad de los productos, coaccionar a las empresas para que paguen los costos sociales de su producción y producir bienes públicos que de otra forma no se construirían.
Actualmente los Estados participan de muchos mercados en las economías modernas intentando solucionar sus fallas soportando un sistema económico mixto. Si bien su intervención es debatida, su participación en la economía continua y por lo contrario cada vez se hace mayor.
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